EL AMOR DE LAS ABUELITAS
El amor más puro y sincero es de las abuelitas como suelen decir los padres educan y los abuelos les malcrían, hay abuelitas amorosas qué están con sus nietas hasta que sean adultos es como un hijo más para ellos, en la mayoría de los casos existen abuelos que no les quieren a sus nietos ya que son hijos de las personas incorrectas.
Los niños no tienen la culpa de haber elegido a sus padres, simplemente son seres inocentes qué llegan a nuestras vidas para alegrarnos.
El amor más grande del mundo sin duda alguna es el amor de los abuelitos, ellos son como nuestros padres en la mayoría de los casos pasan mayor tiempo con ellos mientras los padres trabajan y es increíble como una abuelita puede llenar el corazón de sus nietos, hacen lo imposible para verles feliz. Es que para ellos es un pedazo del cielo que les llena su existir.
No importa si están enfermos total de estar con sus hijos adoptados, son nuestros mejores amigos, comparte con nosotros alegrías, juegos, nos complace en nuestros caprichos, para ellos todo el año es navidad, no importa si el papa no le quiera dar una x golosina, juguete, para eso están nuestros abuelos que nos dan todos sin esperar nada a cambio, pensamos que toda la vida van a estar jóvenes y a tener la misma edad y fortaleza física o mental con el pasar del tiempo no lo valoramos, les abandonamos.
Existen nietos tan ingratos que no valoran el esfuerzo, el amor y la paciencia que les tuvo cuando eran pequeños, ahora son ellos que no les visitan ni una llamada.
Somos seres humanos y como tal tenemos deseos y anhelos propios no somos malos por soñar a lo grande, lo malo es ser ingratos con los que un día se enamoraron de nosotros perdidamente, nos iban a ver en la escuela y nos complacían con cualquier golosina, sin importar el precio, nos secaba las lágrimas, en fin, nuestro amor verdadero.
Las personas que no tenemos ahora a nuestras abuelitas en nuestro lado son duda alguna queremos volver a tenerlas para abrazarlas, para llorar en su hombro, sentirnos queridos otra vez, las historias de nuestros abuelos son los más divertidos, queremos decirles que nos hace falta, tenemos un nudo en la garganta y lloramos al saber que ahora no están.
Es difícil y doloroso cuando los doctores nos dicen, "hicimos todo lo que estaba en nuestro alcance, lastimosamente no resistió", en ese momento corremos abrazarlas para pedirle que vuelva con nosotros que vamos hacer sin ellos, cuando ellos vivían no lo sabíamos visitar en nuestro orgullo soberbio renegábamos de su existencia, y es en ese momento donde nos persigue los recuerdos, lloramos con lágrimas del fondo de nuestro subconsciente, gritamos en su velorio, abrazamos el ataúd, lastimosamente ya nada volverá hacer lo mismo de siempre.
Recordamos las cosas que más les parecía insignifactivas para ellos son los que más invade nuestro sentimiento, tratamos de estar unidos con nuestra familia como a ellos les gustaba vernos,
Sin la presencia de ellos ya nada es lo mismo, aquella fiesta que nos íbamos a compartir entre familia ya no son los mismos, desde la entrada de la casa sentimos ese vacío enorme que nadie va a llenar con el pasar de los días.
Es duro perder una abuelita, pero más doloroso es tener que recordarle ahora que ya no está con nosotros, por eso compartamos más tiempo con ellas y sintamos ese calor de su corazón, la complicidad en cada travesura que esos momentos terminan convirtiéndose en solo recuerdos.
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