NADA DURA PARA SIEMPRE
Desde pequeños nos enseñan nuestros padres que nada es para siempre, al principio no sabemos que nos quieren decir los adultos con esta famosa frase, queremos interpretarlo pero aun no entendemos muchas cosas, pensamos que la vida es color de rosa y que vamos a tener siempre las mismas oportunidades que nos dan nuestros padres en bandeja de plata.
Con el pasar del tiempo, entendemos más a profundidad la dichosa frase de nada dura para siempre, algunas cosas que estábamos acostumbrados cambian, desde nuestra manera de pensar, de vestir, amistades, los gustos, pasatiempos, los juegos que ayer nos divertía y reíamos a carcajadas con nuestros amigos nos parece ya aburrido, ya no os divierte como antes lo hacía.
Sin imaginarlo ya hemos crecido, han pasado los tiempos, aquel domingo que esperábamos con ansias para visitar a los abuelos les cambiamos por un domingo de amigos, no está mal pasarlo con amigos los fin de semana, lo malo está en olvidarnos de nuestras costumbres y de nuestras raíces, cuando éramos niños nos sabíamos poner el mejor traje para sorprender a nuestra abuelita, ahora en nuestro orgullo y tal vez costumbre ponemos una cara de obligación de mala gana, ya no nos interesa compartir momentos en familia especialmente con nuestros abuelos que nos vieron nacer, es algo irónico cuando les tenemos vivos no pasamos momentos con ellos pensamos que van a estar con nosotros toda una vida, lamentablemente esperamos a veces tanto que no valoramos su presencia y nos pone muy tristes cuando ya no están. Lo doloroso es la muerte y nos sorprende en cualquier momento se lleva a la persona menos indicada, al momento que le vemos a nuestro abuelo en una caja de 4 tablas le lloramos, cuando ya no hay nada que hacer, compartimos en nuestras redes sociales su foto le decimos cosas bonitas ya cuando no va a leer, nos arrepentimos de haberles olvidado, sabemos en el fondo de nuestro corazón cuando están con nosotros, nos molestábamos con nuestros padre por irles a visitar sin valorar el grande regalo que es tener abuelitos vivos, poníamos uno y mil pretextos para no compartir momentos únicos con ellos, y cuando ya no está con nosotros, la tristeza nos invade y cae una lagrima en nuestra mejilla, es que los recuerdos nos invade.
En el fondo de nuestra consciencia nos decimos por qué no compartimos más momentos con mi abuelo o abuelos, en muchos casos pensamos que nos desahogamos con nuestros amigos, nuestra pareja pensamos que comparte con nosotros nuestro sufrimiento, preocupación.
Pensamos que, por ser nuestros amigos, el ser que tanto amamos nos iba a comprender y apoyar, lastimosamente no es así simplemente a pesar de ver nuestro dolor no podrán entender nuestro dolor porque no compartieron con esa persona o no vivieron las mismas experiencias en vida.
Creemos que ya no quieren estar con nosotros porque ya les hartamos de lo mismo de siempre, como son tan consientes no nos dicen nada para no hacernos sentir mal.
En el subconsciente de ellos ya les harta escucharnos, de vernos, hay parejas que sinceramente nos apoyan y sienten esa empatía pero también hay otras que detrás y a espaldas hablan muy mal y se aprovechan de nuestro dolor para manipular, sin imaginar que un día nos íbamos a enterar y cuando les enfrentamos lo niegan, a menudo que pase la discusión para buscar un consenso, saca las garras y nos dice cosas dolorosas que no pensamos que nos iban a decir, como dice un viejo refrán las palabras duelen más que las actitudes que nos marca en nuestro existir.
No sé qué duele más si la perdida de nuestro ser amado o que gracias a las circunstancias de la existencia se largue de nuestra vida personas hipócritas que en lugar de sumar a nuestra vida restan, para muchos la pérdida de un familiar ya que nos conocen desde pequeños, han compartido con nosotros momentos inolvidables que guardamos para siempre en nuestros recuerdos, cuando ya no están con nosotros les recordamos con una sonrisa profunda desde nuestro ser interior.
Para esas otras personas hipócritas que estuvieron con nosotros cuando teníamos dinero y satisfacer los gustos de personas interesadas, esté tipo de personas parecen abejas llegan cuando menos lo esperamos, parecen que tienen un sexto sentido que nunca les falla y les muestra que estamos con excelente estabilidad económica, que nos utilizaron para poder hacer de su vida más fácil, muchas veces en nuestra buena intención para quedar bien con estas personas falsas les compramos las mejores cosas sin pensar muchas veces en nosotros mismos.
Cuando caemos nos da su verdadera cara, nos hacen quedar mal con otras personas, los comentarios mal intencionados que no son reales nos duelen, sabemos que supuestamente según su sin fin de labia de alcantarilla iban a estar con nosotros todo nuestro existir, pero gracias a que nada es para siempre podemos ahora respirar tranquilidad sin esas personas dañinas
Los amigos en las malas son pocos, las parejas falsas y oportunistas se ven en los malos tiempos cuando solo quieren sacar provecho de nosotros y cuando las cosas se complican buscan pretextos para huir o reemplazarnos, triste verdad que con el tiempo uno aprende.
Nuestra salud mental es la mas afectada, para recuperarnos de una traición nos puede durar cierto tiempo, mas que el que nosotros deseamos pero es posible.
A pesar de que nada dure para siempre, ni siquiera uno mismo como ser humano, lo mejor disfrutar de la vida y compartirlo con las personas que de verdad nos aman y nos apoyan, quienes esperan vernos crecer y ser grandes, ya sea una buena pareja que comparta su complicidad hasta en la más ridícula locura o unos amigos sinceros que están presentes en nuestros momentos difíciles.
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